Argentina/Brasil/Paraguay: La amenaza de la leishmaniosis en la Triple Frontera

Localizada en la triple frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina, la ciudad brasileña de Foz do Iguaçu se ha convertido en zona de riesgo para leishmaniosis visceral.

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Hasta 2014 no existían registros de la enfermedad en el lado brasileño de esta frontera, pero se descubrieron que tres especies de flebótomos, comunes en el área estudiada, pueden transmitirla.

Se descubrió que el parásito Leishmania infantum –causante de la en-fermedad– también puede transmitirse por otras especies de vectores, rompiendo un paradigma anterior.

De las más de 900 especies de flebótomos catalogados en el mundo, se creía que sólo Lutzomyia longipalpis era capaz de transmitir el parásito. Pero la investigación también lo encontró en flebótomos de las especies Nyssomyia whitmani y Ny. neivai. Lu. longipalpis es común en áreas urbanas y periurbanas, mientras que las otras dos lo son en zonas periurbanas y rurales.

Es preocupante que cada año más de tres millones de personas visiten la región, donde se ubican las Cataratas del Iguazú, uno de los destinos turísticos más frecuentados del continente sudamericano. También es motivo de preocupación el hecho de que Foz do Iguaçu es una ciudad internacionalmente conocida como sede de un evento anual de exposición de razas caninas.

Además de muy vulnerables a la leishmaniosis visceral, los perros sirven de hospederos de Leishmania infantum. Durante las colectas de sangre canina, se encontró este parásito en 23% de los perros domésticos analizados, pertenecientes a barrios pobres y de mejor estatus socioeconómico de Foz do Iguaçu y sus alrededores.

Tradicionalmente, la leishmaniosis visceral ha sido asociada a regiones de bajo nivel socioeconómico, creencia que los datos del nuevo estudio ponen en entredicho.

Cuando los perros infectados no desarrollan los síntomas de la enfermedad, pueden hospedar el parásito durante toda su vida. Una vez picados por el mosquito, ponen en riesgo a toda la población del entorno. Por eso, controlar la leishmaniosis visceral es un inmenso desafío.

En territorios paraguayos y argentinos, la presencia de leishmaniosis visceral no es novedad, pero en Foz do Iguaçu los investigadores detectaron por primera vez la enfermedad en perros de esa región en 2014. El primer caso en humanos fue constatado en 2015. Hasta inicios de 2018, la enfermedad ya había infectado a 12 personas: de estos casos, cuatro fueron fatales.

La vigilancia y control de la leishmaniosis visceral en las Américas aún es deficiente, y su dispersión viene ocurriendo de forma muy rápida, por lo que el estudio es una alerta para el riesgo de exposición a la enfermedad en la región sur del continente.

Algunos científicos afirman que la presencia de la leishmaniosis visceral en la Triple Frontera puede estar asociada al cambio climático; la falta de control de las autoridades en relación con la población canina; la mala gestión de la basura; el intenso flujo de turistas y migrantes; y la deforestación, que, directa o indirectamente, desplaza el mosquito de su hábitat natural.

Se sospecha que la construcción del gasoducto entre Bolivia y Brasil, en las últimas dos décadas, alteró la cobertura forestal nativa de la región y, así, contribuyó con la diseminación de la leishmaniosis visceral.

Mapa 1. Áreas donde se instalaron trampas para flebótomos: ciudad de Foz do Iguaçu; transectas T1 y T2 (entre Foz do Iguaçu y Santa Terezinha de Itaipu); ciudad de Santa Terezinha de Itaipu.

Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC