Las pruebas de la Enfermedad Celíaca miden en sangre la cantidad de anticuerpos concretos. Los más comunes incluyen:
Anticuerpo antitransglutaminasa (anti-tTG), de tipo IgA: es la primera prueba que se realiza cuando se pretende detectar una enfermedad celíaca. Es la prueba más sensible y específica, y constituye la prueba de elección para el diagnóstico de enfermedad celíaca según el Protocolo de diagnóstico precoz de la Enfermedad Celíaca publicado en 2018. En personas con déficit de IgA puede solicitarse como alternativa anti-tTG de tipo IgG. Si el resultado de la prueba anti-tTG de tipo IgA o IgG es positivo, posteriormente la misma prueba será útil para la monitorización de la enfermedad y ayudará a conocer si el tratamiento es eficaz; los niveles de anticuerpos deberían de disminuir cuando el individuo empieza a seguir una dieta libre de gluten.
IgA total: solicitada simultáneamente, antes o después que los anticuerpos anti-tTG, para saber si puede existir un déficit de IgA (ocurre en un 2%-3% de los casos de enfermedad celíaca). En estos casos se obtendrían resultados de anti-tTG IgA negativos en pacientes que si presentan enfermedad celíaca (falsos negativos). En personas con déficit de IgA, se solicitan los autoanticuerpos de tipo IgG para el diagnóstico.
Anticuerpos frente al péptido desamidado de la gliadina (anti-DGP), de tipo IgA o IgG: pueden solicitarse antes o después del anti-tTG. Pueden ser positivos en personas con celiaquía y con anticuerpoos anti-tTg negativos, especialmente en menores de 2 años en los que puede ser el primer marcador en dar positivo para enfermedad celíaca. En casos de déficit selectivo de IgA, pueden ser útiles los de clase IgG aunque no hay evidencia de una mayor eficacia comparados con los anti-tTG IgG o los EMA IgG
Anticuerpos antiendomisio (EMA): anticuerpos desarrollados como respuesta a un daño permanente de la mucosa intestinal. Detectan esencialmente la misma lesión tisular que los los anticuerpos anti-tTG. Aproximadamente el 100% de personas con enfermedad celíaca y el 70% de personas con dermatitis herpetiforme (trastorno también relacionada con sensibilidad al gluten, que genera picor, quemazón y una erupción con formación de ampollas en la piel) presentarán anticuerpos EMA de tipo IgA. Es una prueba más difícil de realizar y de interpretar que la prueba de los anti-tTG, y por ello en la mayoría de casos se reserva confirmar resultados positivos de anti-tTG, especialmente cuando los títulos de anti-tTG no son muy altos. Estos anticuerpos pueden no detectarse en niños menores de dos años al igual que sucede con los anti-tTG.
Para confirmar el diagnóstico de enfermedad celíaca es necesario realizar una biopsia del intestino delgado para detectar la lesión de las microvellosidades intestinales. Debido a que esta prueba diagnóstica es de naturaleza invasiva y costosa, las pruebas que miden los distintos autoanticuerpos se utilizan a menudo para identificar aquellas personas con elevada probabilidad de tener la enfermedad.
Fuente: labtestonline.es
Las pruebas de la Enfermedad Celíaca miden en sangre la cantidad de anticuerpos concretos. Los más comunes incluyen:
Anticuerpo antitransglutaminasa (anti-tTG), de tipo IgA: es la primera prueba que se realiza cuando se pretende detectar una enfermedad celíaca. Es la prueba más sensible y específica, y constituye la prueba de elección para el diagnóstico de enfermedad celíaca según el Protocolo de diagnóstico precoz de la Enfermedad Celíaca publicado en 2018. En personas con déficit de IgA puede solicitarse como alternativa anti-tTG de tipo IgG. Si el resultado de la prueba anti-tTG de tipo IgA o IgG es positivo, posteriormente la misma prueba será útil para la monitorización de la enfermedad y ayudará a conocer si el tratamiento es eficaz; los niveles de anticuerpos deberían de disminuir cuando el individuo empieza a seguir una dieta libre de gluten.
IgA total: solicitada simultáneamente, antes o después que los anticuerpos anti-tTG, para saber si puede existir un déficit de IgA (ocurre en un 2%-3% de los casos de enfermedad celíaca). En estos casos se obtendrían resultados de anti-tTG IgA negativos en pacientes que si presentan enfermedad celíaca (falsos negativos). En personas con déficit de IgA, se solicitan los autoanticuerpos de tipo IgG para el diagnóstico.
Anticuerpos frente al péptido desamidado de la gliadina (anti-DGP), de tipo IgA o IgG: pueden solicitarse antes o después del anti-tTG. Pueden ser positivos en personas con celiaquía y con anticuerpoos anti-tTg negativos, especialmente en menores de 2 años en los que puede ser el primer marcador en dar positivo para enfermedad celíaca. En casos de déficit selectivo de IgA, pueden ser útiles los de clase IgG aunque no hay evidencia de una mayor eficacia comparados con los anti-tTG IgG o los EMA IgG
Anticuerpos antiendomisio (EMA): anticuerpos desarrollados como respuesta a un daño permanente de la mucosa intestinal. Detectan esencialmente la misma lesión tisular que los los anticuerpos anti-tTG. Aproximadamente el 100% de personas con enfermedad celíaca y el 70% de personas con dermatitis herpetiforme (trastorno también relacionada con sensibilidad al gluten, que genera picor, quemazón y una erupción con formación de ampollas en la piel) presentarán anticuerpos EMA de tipo IgA. Es una prueba más difícil de realizar y de interpretar que la prueba de los anti-tTG, y por ello en la mayoría de casos se reserva confirmar resultados positivos de anti-tTG, especialmente cuando los títulos de anti-tTG no son muy altos. Estos anticuerpos pueden no detectarse en niños menores de dos años al igual que sucede con los anti-tTG.
Para confirmar el diagnóstico de enfermedad celíaca es necesario realizar una biopsia del intestino delgado para detectar la lesión de las microvellosidades intestinales. Debido a que esta prueba diagnóstica es de naturaleza invasiva y costosa, las pruebas que miden los distintos autoanticuerpos se utilizan a menudo para identificar aquellas personas con elevada probabilidad de tener la enfermedad.
Fuente: labtestonline.es