Las 5 Ps de la medicina actual

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¿Qué significa esto?

  • Personalizada: poder establecer un tratamiento específico para cada uno de los pacientes. Sería un sueño imposible, pero hecho realidad con la ayuda del big data (conjunto de datos), que manejaría la información ingente de la que se dispone para el servicio a los pacientes.
  • Predictiva: esto supondría una participación activa de los pacientes, que podrían ser informados de los riesgos de salud concretos que tienen y evitar la forma reactiva y poco eficiente actual de utilizar el sistema sanitario.
  • Preventiva: la prevención es mejor que la curación cuando se dispone de los medios necesarios para ello, se revisarían las actuaciones médicas y el análisis de patrones y datos históricos de cada paciente.
  • Participativa: la importancia de que todas las personas colaboremos tiene un gran impacto en los aspectos terapéuticos, y también en la gestión y los procesos, de manera que ello contribuiría a ayudar en el mantenimiento de nuestro sistema de salud.
  • Poblacional: para toda la población. Si el sistema es más eficiente se podría dar atención sanitaria a toda la ciudadanía.

Mientras esto llega a ser una realidad para todos, debemos ser conscientes de nuestra contribución personal, explorando la medicina preventiva más profundamente y concretamente el campo de la prevención sencilla que todos tenemos a nuestro alcance.

Gestos tan sencillos, entre otros, como el adecuado lavado de manos, toser o estornudar en la flexura del codo en vez de hacerlo en nuestra mano, llevar una dieta adecuada a nuestra edad y realizar ejercicio físico, al que nos vamos a referir a continuación.

La OMS ha realizado un reciente estudio sobre la actividad física que realizan los adolescentes y los resultados son alarmantes y ponen especial énfasis en la necesidad de adoptar medidas urgentes para incrementar los niveles de actividad física entre las niñas y los niños de 11 a 17 años de edad.

Más del 80% de los adolescentes en edad escolar estudiados no alcanzan el nivel mínimo recomendado de una hora diaria de actividad física, concretamente el 85% de las niñas y el 78% de los niños.

Como prevención, sabemos que un estilo de vida físicamente activo durante la adolescencia mejora la capacidad cardiorrespiratoria y muscular, la salud ósea y cardiometabólica, y produce efectos positivos sobre el peso, previniendo la obesidad. La actividad física tiene un efecto positivo sobre el desarrollo cognitivo y la socialización. Se sabe que muchos de estos beneficios se mantienen hasta la edad adulta.

Para mejorar los niveles de actividad física entre los adolescentes, el estudio recomienda lo siguiente:

  • Ampliar urgentemente las políticas y programas que han demostrado ser eficaces para aumentar la actividad física de los adolescentes.
  • Adoptar medidas multisectoriales que den oportunidades a los jóvenes para llevar una vida activa, en ámbitos como la educación, el urbanismo y la seguridad vial, entre otros.

Por ello, debemos ser conscientes de establecer la prevención a edades tempranas y realizar una adecuada educación en salud, creando hábitos saludables que puedan mantenerse a lo largo de la edad adulta. La inversión en dicha prevención, realizada en las personas más jóvenes, podrá mejorar ostensiblemente la salud futura de nuestra población.

Bibliografía

  • www.who.int (acceso el 20 de febrero de 2020).
  • Guthold R, Stevens GA, Riley LM, Bull FC. Global trends in insufficient physical activity among adolescents: a pooled analysis of 298 population-based surveys with 1·6 million participants. Lancet Child Adolesc Health. 2020;4:23-35. doi: 10.1016/S2352-4642(19)30323-2. Epub 2019 Nov 21.

Fuente: Lab Tests Online