La exposición previa al virus Dengue podría brindar protección cruzada contra el Zika

Las manifestaciones de la infección por el virus Zika difieren drásticamente. A veces son catastróficas, sobre todo cuando causan microcefalia en bebés nacidos de madres infectadas.

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En otras ocasiones, son leves y fugaces, lo que sugiere la existencia de factores desconocidos que atenúan la gravedad de las infecciones por el virus Zika. Recientemente, el virus Dengue surgió como el principal sospechoso, ya que comparte muchas características genéticas y estructurales con el virus Zika, y es endémico en la mayoría de las regiones afectadas por la propagación global del virus Zika.

Un reciente estudio aborda la interacción entre las infecciones por los virus Dengue y Zika. Los ratones inmunizados contra el Dengue muestran una ‘protección cruzada’ contra la subsiguiente infección por el Zika y luego se identifican tipos específicos de células T inmunes capaces de defenderse contra ambos virus. Estas revelaciones tienen profundas implicaciones en los esfuerzos por construir una potente vacuna contra el virus Zika.

En algunas partes del mundo, el virus Zika es casi como una infección secundaria. Se ha extendido a Brasil y América Latina y se está desplazando a lugares en Asia donde las personas han tenido dengue anteriormente.

El trabajo sugiere que las vacunas dirigidas a cualquiera de los virus podrían diseñarse para inducir respuestas efectivas tanto de las células T como de los anticuerpos para proteger a las personas de estas áreas. Cuando uno encuentra un patógeno en la vida real, dos brazos del sistema inmune entran en acción para neutralizarlo.

En la llamada respuesta humoral, las células B comienzan a secretar proteínas específicas de anticuerpos, que se adhieren y neutralizan los patógenos en los tejidos o la sangre. Simultáneamente, un sistema de inmunidad mediado por células también se activa, desplegando células T citotóxicas para reconocer y eliminar directamente las células infectadas por los patógenos.

En teoría, la vacuna ideal debería imitar tanto las respuestas de los anticuerpos como de las células T para bloquear una enfermedad infecciosa. Pero, en realidad, la mayoría (26 de las 28 vacunas actualmente autorizadas para uso humano) estimulan principalmente una respuesta de anticuerpos o células B, que en muchos casos es suficiente.

Pero el nuevo trabajo confirma lo que muchos vacunólogos están comenzando a sospechar: que la protección contra patógenos hasta ahora insolubles probablemente requerirá reunir tanto las células B y como las células T.

Específicamente, en el trabajo se creó el primer modelo de ratón “secuencial” que imita la infección por virus Dengue y luego por virus Zika. Para hacer eso, primero infectaron a los ratones genéticamente vulnerables a esta familia de virus con el virus Dengue. Los ratones enfermaron, se recuperaron de la infección y, por lo tanto, adquirieron inmunidad contra el dengue, presumiblemente porque la infección viral movilizó sus células B inmunes, sus
células T o ambas. Luego, se inocularon los mismos ratones con el virus Zika, y se esperó para ver si mostraban síntomas de fiebre zika. Pero, en general, los ratones que habían adquirido previamente inmunidad contra el Dengue también mostraron protección contra el virus Zika, como lo demuestra una carga reducida de este último en sangre y tejidos, como cerebro, hígado o testículos, en comparación con los ratones control no ‘pre-inoculados’ con el Dengue.

Estos experimentos sugieren que la razón por la que algunas personas infectadas con el virus Zika no contraen la enfermedad se debe a la exposición previa al Dengue, lo que puede explicar por qué el virus Zika no se transmite al niño por nacer de cada mujer embarazada expuesta al virus en países donde el dengue es endémico.

En otro experimento, se aislaron células T citotóxicas de la sangre de ratones inmunes al dengue y las infundieron en ratones normales, un procedimiento conocido como transferencia adoptiva de células T. Cuando los ratones infundidos fueron infectados con el virus Zika, también mostraron resistencia a la enfermedad, lo que respalda la idea
de que el brazo del sistema inmune del sistema de células T puede hacer frente a la infección por el virus Zika.

Los resultados de este trabajo pueden ser de utilidad para los vacunólogos que lidian actualmente con el diseño de una vacuna eficaz contra el virus Zika, al sugerir que una vacuna exitosa debería incluir componentes para inducir no solo una respuesta de las células B sino también de las células T. Actualmente, las vacunas contra el dengue
que provocan principalmente respuestas de anticuerpos están en ensayos clínicos o comienzan a ser licenciadas en algunos países, pero solo muestran un éxito moderado. Y no hay vacunas aprobadas contra el virus Zika, aunque el gobierno de Estados Unidos se está asociando con compañías farmacéuticas para desarrollar candidatos.

Es de esperar que esta investigación ayude en esos esfuerzos. Las vacunas aprobadas para muchas enfermedades funcionan induciendo respuestas de anticuerpos. Pero ahora se están enfrentando enfermedades problemáticas, como el dengue y la fiebre zika, las que no se pueden combatir únicamente con la producción de anticuerpos. Ciertos patógenos probablemente también requieran una respuesta de las células T.

Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC