De hecho, ya se ha demostrado que la obesidad aumenta el riesgo de complicaciones relacionadas con la influenza, incluida la hospitalización y muerte. “Este es el primer trabajo que muestra que las estrategias actuales para reforzar la eficacia de las vacunas contra la influenza en ratones con enfermedad grave no son suficientes para proteger a los roedores obesos de posibles infecciones”, aseveró el autor principal de la investigación, Stacey Schultz-Cherry.
En concreto, los científicos utilizaron vacunas preparadas con virus muertos dirigidas a la influenza A(H1N1), cepa de la influenza estacional, así como a la influenza A(H7N9), un virus que, al parecer, tiene el potencial de desencadenar una pandemia humana. Posteriormente, analizaron la respuesta inmune a vacunas con y sin adyuvantes en ratones delgados y obesos.
Niveles más bajos de anticuerpos
Así, comprobaron que después de la vacunación, los ratones obesos tenían niveles más bajos de anticuerpos y, por ende, niveles más altos de virus. No obstante, aquellos con elevado peso que recibieron vacunas con adyuvantes sí consiguieron generar anticuerpos neutralizantes al virus, si bien no les protegía de una infección grave de influenza y, por tanto, de la muerte.
Además, cuando se incluyeron anticuerpos protectores de ratones delgados a los obesos, tampoco se detectó que les protegieran de infecciones gripales. “Esto sugiere que el problema radica en la respuesta inmune de los animales con obesidad en lugar de los propios anticuerpos”, recalcó el científico Erik Karlsson.
Finalmente, Schultz-Cherry aseguró que el virus de la influenza penetra más profundamente en los pulmones de los ratones obesos, por lo que estos animales tienen más dificultades para reparar los daños.
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Fuente: REC