Aplicar un test genómico eliminaría la quimioterapia en un 70% de las pacientes con un cáncer de mama común

Siete de cada diez pacientes con un tipo de cáncer de mama común en fase inicial no necesitan recibir quimioterapia tras la cirugía, lo que evitará a miles de mujeres los efectos secundarios derivados de ese tratamiento. Estos son los datos de uno de los ensayos clínicos presentados durante la sesión plenaria de la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO).

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Asitentes a la reunión anual de la Sociedad Española de Oncología Clínica (ASCO) en Chicago. Photo by © ASCO/Rodney White 2018

Son los datos de un ensayo clínico en fase III denominado Tailor, que proporcionan tranquilidad a los médicos y pacientes que pueden usar la información genómica para tomar mejores decisiones de tratamiento en mujeres con cáncer de mama en etapa inicial, destacó el oncólogo de esta asociación Harold Burstein en ASCO.

En términos prácticos significa que miles de mujeres serán capaces de evitar la quimioterapia, con todos sus efectos secundarios, al tiempo que se logran excelentes resultados a largo plazo, dijo este experto.

El doctor Javier Cortés, oncólogo del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), explicó que se trata de pacientes con tumores hormonopositivos, HER2 negativo y ganglios negativos.

De ellas, “las que tienen un riesgo intermedio que se determina con una prueba denominada Oncotype, en principio, no van a necesitar tratamiento con quimioterapia con porcentajes de curación muy parecidos”.

Por otra parte, también se ha presentado en otra sesión de la Sociedad Americana de Oncología Clínica una terapia que reduce un 30 por ciento el riesgo de empeoramiento en cáncer de mama hormonal avanzado.

Se trata del estudio fase III Sandpiper con la molécula en investigación Taselisib, una terapia dirigida utilizada en combinación con el tratamiento hormonal fulvestrant que ha demostrado frenar durante más tiempo el crecimiento del tumor.

Este ensayo clínico ha incluido a 516 pacientes postmenopáusicas con cáncer de mama metastásico avanzado HER2 negativo y receptores de estrógeno positivo, y ha sido realizado por la compañía farmacéutica Roche.

Los autores del estudio, entre ellos el investigador español José Baselga, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, que ha presentado los resultados en el Congreso de Chicago, destacaron que el medicamento actúa sobre una alteración genética frecuente en el cáncer de mama, la mutación del gen PIK3CA.

También han indicado que es el primer y más potente fármaco de la nueva familia de inhibidores del PI3K.

Cerca de un 40% de todos los pacientes con cáncer de mama avanzado y receptores de estrógeno positivo presenta mutaciones de PIK3CA, que por tanto son candidatos a beneficiarse de un tratamiento con Taselisib.

Tumor raro infantil

En la sesión plenaria de ASCO también se conoció un ensayo que prueba que prolongar el uso de la quimioterapia bajo ciertas condiciones puede incrementar la tasa de supervivencia en los pacientes infantiles con rabdomiosarcoma (un cáncer raro del tejido muscular).

Los expertos destacaron que este ensayo supone el primer avance de tratamiento en 30 años que se da en este tipo de cáncer, cuyos pacientes tienen un alto riesgo de recurrencia.

La nueva estrategia, fruto de un ensayo clínico aleatorizado de fase III, apunta que aumentar seis meses la quimioterapia de mantenimiento con dosis bajas después del tratamiento inicial en niños con rabdomiosarcoma puede incrementar la tasa de supervivencia general en cinco años.

“Al mantener la presión sobre este cáncer durante más tiempo con la terapia de mantenimiento, estamos otorgando a los pacientes dos victorias: aumentar las tasas de curación al prevenir las recaídas y hacerlo con pocos efectos secundarios graves”, dijo el experto de ASCO Warren Chow.

Los niños que han padecido este tipo de cáncer y que están vivos cinco años después se consideran curados, ya que la recurrencia del tumor a partir de ese momento es muy rara.

Novedades en ASCO del cáncer de vejiga

Los expertos también conocieron una terapia para pacientes con cáncer de vejiga metastásico que presentan alteraciones genéticas y que no han respondido al tratamiento tradicional con quimioterapia, la cual ha demostrado que disminuye el tamaño del tumor y aumenta la supervivencia

Los resultados de un estudio fase II de los laboratorios Janssen, señalan que Erdafitinib (una pastilla que se administra una vez al día) demostró respuestas duraderas de los pacientes que presentan la alteración FGFR, un 20 % del total de afectados.

En un 40 % de los casos el tamaño del tumor disminuyó (la señal más inmediata de medir la eficacia del tratamiento), frente a la inmunoterapia, cuya tasa de respuesta está entre un 15 y un 20 %.

Por otra parte, otro estudio en fase II , con participación de siete hospitales españoles, ha confirmado que los beneficios de la inmunoterapia con el anticuerpo monoclonal Atezolizumab en la reducción del tumor vesical en fase avanzada se mantienen en el tiempo.

Esta investigación, promovida por los laboratorios Roche, se ha realizado en dos grupos de pacientes, uno que no había recibido tratamiento previo y otro con quimioterapia, con una reducción del tamaño del tumor del 24 por ciento en el primero, y del 16 por ciento en el segundo.

El doctor Ignacio Durán, oncólogo del hospital universitario Marqués de Valdecilla de Santander (España) y uno de los especialistas que ha participado en este estudio, ha valorado estos nuevos resultados presentados en Chicago.

“Son relevantes porque este tipo de estudios requieren un seguimiento en el tiempo que nos permite ratificar o, por el contrario, cuestionar los resultados obtenidos preliminarmente y esto es especialmente cierto para la inmunoterapia”, ha señalado.

Durán ha añadido que la actualización de este estudio confirma su solidez mostrando que “los resultados preliminares no solo se mantienen, sino que mejoran con un mayor seguimiento”, y ha recordado que la disponibilidad de esta inmunoterapia es la primera novedad relevante en dos décadas en este tumor.

En ASCO también se ha presentado un análisis de datos sobre el uso de la inmunoterapia en solitario para cáncer de vejiga en la enfermedad localizada antes de la cirugía.

Son los resultados del estudio ABACUS en fase II que ha evaluado el potencial de Atezolizumab en 68 pacientes con cáncer de vejiga no aptos para recibir quimioterapia previa a cirugía, mostrándose una tasa de respuesta patológica completa (desaparición del tumor) en el 29 por ciento.

El doctor Durán ha precisado que el objetivo de ese trabajo era conseguir que el tumor remitiera completamente en al menos un 20 por ciento.

El carcinoma urotelial metastásico es el noveno cáncer más común en el mundo; los varones tienen tres veces más probabilidades de sufrir este cáncer y es una enfermedad tres veces más frecuente en los países desarrollados que en los menos desarrollados.

Medicina nuclear y cáncer de próstata

Atacar una proteína llamada PSMA con un radioisótopo (medicina nuclear) abre un nuevo campo para lograr un tratamiento dirigido y personalizado en el cáncer de próstata, el tumor más frecuente en los varones en los países desarrollados, con más de un millón de casos al año.

Esta fue una de las novedades de ASCO compiladas en un estudio alemán que utiliza un radioisótopo de lutecio para atacar a la PSMA, avanzó el doctor David Olmos, jefe del grupo de próstata del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), de España.

La medicina nuclear “es un campo que se abre nuevo hacia un tratamiento dirigido y personalizado en pacientes con cáncer metastásico resistente a la castración” que permite, por una parte, identificar si estos expresan esa proteína y, posteriormente, actuar sobre ella, explicó en un encuentro informativo.

La doctora Elena Castro, investigadora del grupo, precisó que el mayor esfuerzo que se está haciendo ahora mismo en cáncer de próstata es tratar de identificar biomarcadores y desarrollar nuevos fármacos, como inhibidores o la conjugación de anticuerpos contra el PSMA con diferentes radioisótopos para obtener un mejor diagnóstico y mejor tratamiento.

Y es que la inmunoterapia -atacar con fármacos el sistema inmune para que actué contra las células cancerígenas-, que en otros tumores está dando muy buenos resultados, en próstata todavía no funciona.

La razón, según esta oncóloga, es que se trata de “un tumor que se denomina frío, es decir, que no tiene un gran componente inflamatorio por lo que cabrear al sistema inmune para que ataque las células cancerígenas no funciona”.

Sí existen ya ensayos a pequeña escala que combinan inmunoterapia con otras estrategias “pero a día de hoy no hay aun resultados”. Los tratamientos que se utilizan actualmente permiten cronificar la enfermedad pero no curarla, recalcó la doctora Castro.

La esperanza de la biopsia líquida

Detectar los tumores mediante un simple análisis de sangre, lo que se conoce como biopsia líquida, es la gran esperanza para controlar el cáncer desde fases iniciales e, incluso, identificarlo cuando aun no hay enfermedad. Y no es ciencia ficción, las generaciones actuales lo veremos.

Así lo manifestó en un encuentro con un grupo de periodistas el doctor Rafael López, jefe del servicio de oncología médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago y responsable del Grupo de oncología médica del Instituto de Investigación de esa ciudad.

En ASCO, se ha presentado un estudio que evidencia de manera preliminar que un simple análisis de sangre que detecta fragmentos circulantes de ADN por las células puede ser capaz de diagnosticar el cáncer en fase temprana e incluso antes de que se desarrolle.

López explicó que el tumor se origina en una célula y con las actuales técnicas de diagnóstico se detecta cuando ya está en un billón de células, un proceso que puede prolongarse entre 15 y 30 años, ha explicado este oncólogo.

Pero esas células mueren y desprenden el ADN en el plasma que se puede recuperar mediante técnicas muy sensibles.

Actualmente, se sabe que los tumores que tienen mayor expresión de ADN en la sangre son los más frecuentes como el de pulmón, mama, colon, próstata o páncreas, además de otros menos comunes como los gliomas.

En el otro lado se sitúan los sarcomas o el cáncer de útero, aunque su detección va a depender mucho de la evolución tecnológica.

Fuente: EFE Salud