La exposición adecuada a los antirretrovirales es importante para mantener respuestas duraderas, pero los métodos para evaluar la exposición (por ejemplo: consultar sobre la adherencia y las mediciones individuales del nivel de fármaco en plasma) son limitados. Las concentraciones de antiretrovirales en el cabello pueden integrar la adherencia y la farmacocinética en un único ensayo.
El estudio encabezado por Monica Gandhi1, profesora de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco, muestra que los niveles bajos de Atazanavir medidos en el pelo de los pacientes con VIH pueden ser útiles en la predicción del fracaso terapéutico.
Los resultados de esta investigación se han presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2018), en Boston.
El trabajo ha incluido a 599 participantes, en los que se midió la carga viral y los niveles de antirretrovirales en el pelo de los individuos durante una media de 217 semanas. A diferencia de las mediciones en sangre o en orina, la detección en el cabello indica un consumo continuado de los tratamientos. De ahí que este sistema además de ayudar a predecir la eficacia de la terapia, podría servir como método de control de adherencia en la profilaxis prexposición (PrEP).
Anticuerpos ampliamente neutralizantes
También en la conferencia CROI 2018, un experimento en simios ha demostrado que administrar un anticuerpo ampliamente neutralizante en combinación con un estimulador inmunológico retrasa el repunte viral una vez se suspende el tratamiento.
El equipo de científicos dirigido por Dan Barouch, del Instituto Ragon en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, ha presentado datos positivos de la administración combinada del anticuerpo ampliamente neutralizante PGT1212 y el agente inmunoestimulador GS-9620 (agonista de TLR7) en un experimento con macacos rhesus infectados por el virus de inmunodeficiencia simio. Este tratamiento retrasó el rebrote de la carga viral una vez suspendida la terapia antirretroviral.
Estos hallazgos allanan el camino hacia el desarrollo de tratamientos que permitan el control viral durante periodos de suspensión de la terapia antirretroviral.
Fuente: Diario Médico