Los investigadores desactivaron la capacidad de crecimiento de tumores de hipófisis al bloquear una proteína que se expresa en niveles altos en células tumorales y las protege de la muerte celular programada (apoptosis).
Con ese objetivo diseñaron y construyeron vectores virales que utilizaron como vehículos para la introducción de ácidos nucleicos capaces de bloquear la expresión de la proteína en cuestión, conocida como “humanina” (en humanos, y “ratina”, la versión que se encuentra en ratas).
La colaboración entre el equipo de neuroendocrinología dirigido por Adriana Seilicovich (INBIOMED, UBA–CONICET) y el laboratorio de virología molecular dirigido por Víctor Romanowski (IBBM, UNLP–CONICET) se inició a partir de una charla de café entre dos jóvenes amigos que se encontraban finalizando sus tesis doctorales en sendos laboratorios.
Florencia Gottardo (UBA) y Matías Pidre (UNLP) habían compartido sus estudios de grado en la Universidad Nacional de Quilmes y, además de compartir alegrías y preocupaciones personales, intercambiaban noticias sobre sus investigaciones.
Discutiendo sobre cómo atacar a las células tumorales que estudiaba Florencia en el INBIOMED y que proliferaban con la ayuda de la humanina/ratina, Matías le propuso aprovechar la capacidad de los baculovirus, que había aprendido a manipular en el IBBM.
Los baculovirus son virus de insectos que no se replican en células de mamíferos, pero conservan la capacidad de ingresar eficientemente en diferentes tipos celulares. Diseñaron un gen artificial que actuaría como una “bala mágica” dirigida únicamente a la humanina/ratina y lo introdujeron en el genoma del virus de manera que fuera el único gen que se exprese al ingresar en células de mamíferos.
Al introducir el gen vehiculizado por el baculovirus (transducción), una RNA polimerasa de las células tumorales dirige la síntesis de un RNA (shRNA, RNA pequeño con estructura de horquilla) que bloquea la expresión únicamente de la humanina/ratina al reconocer en forma específica su mRNA (RNAmensajero).
Este fenómeno se conoce como “silenciamiento postranscripcional de genes” y es una estrategia eficiente que permite disminuir notablemente (hasta anular) la expresión de genes seleccionados.
Este estudio, que puede aprovecharse como base para una estrategia de terapia génica antitumoral, fue refljada por la publicación periódica Apoptosis.
Fuente: Info Blanco Sobre Negro