Acinetobacter baumannii parece tener una afinidad especial por los guantes de exploración y los plásticos de polipropileno, informan la Dra. Kazue Fujita, de la Escuela Médica Nipona en Bunkyo, Japón, y sus colegas.
La Dra. Fujita añadió que aunque las batas y los guantes protegen al personal médico y a los pacientes de la transmisión de microorganismos infecciosos, cuando no se retiran o cambian los guantes contaminados, se incrementa la probabilidad de transmisión, sobre todo si los microorganismos son tan resistentes que sobreviven en las superficies hospitalarias.
“Mejorar el cumplimiento del uso de guantes reducirá el riesgo de infecciones asociadas a la atención sanitaria. También es importante establecer una base para la evaluación del riesgo y un enfoque de control para cada tipo de bacterias”, dijo en un comunicado aquí en el congreso de la American Society for Microbiology (ASM) Microbe 2016.
La Dra. Fujita y sus colaboradores efectuaron un estudio para determinar cuántos y cuáles tipos de bacterias comunes se podían transmitir desde los guantes contaminados hasta las superficies del hospital.
Inocularon guantes de exploración de nitrilo con bacterias identificadas en las infecciones asociadas a la atención sanitaria, entre ellas, cepas resistentes a múltiples fármacos de Escherichia coli, Kebsiella pneumonia, A. baumannii y Pseudomonas aeruginosa.
Los guantes fueron inoculados con 105, 103 y 10 unidades formadoras de colonia de cada microorganismo en 10 μl. Después, los guantes contaminados se pusieron en contacto con una superficie esterilizada de polipropileno en tres tiempos: en seguida (tiempo cero), a los 30 segundos y a los 3 minutos (una vez que la superficie del guante estuviera seca). Posteriormente, los investigadores cuantificaron el número de bacterias viables en la superficie de polipropileno.
Del 5% al 10% de todas las bacterias de los guantes inoculados fueron transmitidas a la superficie de polipropileno inmediatamente después de la inoculación. Sin embargo, todos los microorganismos evaluados con excepción de A. baumannii disminuyeron en una forma dependiente de la dosis y del tiempo, y no se pudieron detectar en la superficie de polipropileno 3 minutos después de la inoculación.
Las cepas de A. baumannii que persistieron en la superficie fueron una cepa sensible a fármacos y una cepa resistente a múltiples fármacos.
Los investigadores dicen que la facilidad de transmisión que observaron puede explicar el surgimiento de A. baumannii resistente a múltiples fármacos. Los factores de riesgo para la transmisión de estas cepas son la manipulación de la herida y las cánulas. Los microorganismos son resistentes a condiciones del ambiente inmediato y se han aislado de rieles de camas hasta nueve días después que se dio de alta a un paciente infectado, informó la Dra. Kazue.
El estudio demuestra que “la única cosa por la que las bacterias tienen más afinidad, más que por las personas, es el plástico“, dijo el Dr. Michael Schmidt, PhD, de la Universidad Médica de Carolina del Sur en Charleston, quien no intervino en el estudio. “Los hallazgos de este estudio, aunque eran de esperar, son significativos por cuanto proporcionan algunos de los primeros datos sobre el riesgo importante que representan los guantes para la atención sanitaria”.
“Una de las cosas que no se menciona en el estudio y que las personas debieran tener presente es que muchos de los demás trabajadores del hospital, principalmente del equipo de servicios de apoyo y limpieza, a menudo no cambian de guantes”.
El estudio fue financiado por la Universidad Gakuin de Bunkyo y la Escuela Médica Nipona. Los investigadores y el Dr. Schmidt han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.