Plaguicidas y embarazo: expertas confirmaron el impacto en dos localidades de la Provincia de Río Negro

Las alteraciones surgen en el tercer mes, sostiene un estudio realizado en zonas rurales de Allen y Cinco Saltos por investigadoras de la UNC y la UBA. “Nuestros resultados son de gran preocupación y apuntan a la necesidad de más estudios”, sostienen.

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Un estudio realizado en el Alto Valle por investigadoras de las Universidades Nacional del Comahue y de Buenos Aires concluyó que la exposición residencial a plaguicidas en el área rural tiene impacto sobre los embarazos en el tercer mes de gestación.

Se investigó si los recién nacidos de madres que viven en el área de aplicación de plaguicidas muestran alguna alteración en los patrones morfométricos de los neonatos, placentarios y parámetros bioquímicos de la sangre del cordón umbilical.

A la conclusión que arribó la investigación encabezada por la bióloga y docente universitaria cipoleña María Martha Quintana es que hay una disminución del peso del neonato, una alteración, la fragilidad de los glóbulos rojos y disminución de la actividad de defensa antioxidante de estas células y daño en el ADN de los linfocitos en los grupos rurales expuestos ambientalmente. Quintana es investigadora del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología del Comahue y del Conicet.

Cambios significativos

“Estos resultados demuestran que residir en áreas de aplicación intensiva de plaguicidas durante el embarazo induce cambios significativos en los pesos del neonato y los elementos formes de sangre del cordón umbilical”, sostiene el estudio.

El estudio acaba de publicarse en la revista científica Environmental Science and Pollution Research y lo firman, además, María Gabriela Rovedatti, investigadora de la Universidad Nacional de Buenos Aires, codirectora de la investigación; y Berta Vera, Gladis Magnarelli y Natalia Guiñazú, investigadoras de la Universidad Nacional del Comahue.

Los trabajos fueron realizados en el Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas, Químicas y de Medio Ambiente (Libiquima) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Comahue.

“Nuestros resultados son de gran preocupación y apuntan a la necesidad de más estudios a campo de poblaciones rurales, para investigar las posibles relaciones epidemiológicas entre la exposición a los plaguicidas y el impacto en la fisiología de la placenta y el desarrollo fetal”.

El trabajo no pudo determinar si tendrá consecuencias en el desarrollo cognitivo de los niños, ya que para eso se necesita hacer un seguimiento. “No podemos saber qué impacto tendrá en el largo plazo. La idea es seguir investigando, pero es sabido que los plaguicidas tienen efectos secundarios. Algunos de ellos están relacionados con los mecanismos de defensa antioxidante que se encuentran alterados en las células de aquellos individuos que están expuestos ambientalmente”, explicó Quintana.

Para el estudio se recolectaron muestras de 151 mujeres, sanas que residían en la zona rural durante los períodos de pulverizaciones y períodos de receso de pulverizaciones, así como de mujeres de una población urbana. Las zonas rurales de Cinco Saltos y Allen fueron las principales zonas de muestreos, mientras que la zona urbana de Neuquén sirvió de grupo control.

A largo plazo

El objetivo de la investigadora es poder hacer una segunda intervención en los chicos que fueron muestreados. Para poder determinar si hay algún efecto en el desarrollo de los sujetos es necesario volver a tomar muestras. La saliva sería una alternativa no invasiva y que ha demostrado ser efectiva en trabajos previos del grupo.

“Lo que hoy se sabe es que muchos de estos acontecimientos tienen efectos a largo plazo en la salud. Posiblemente no los veríamos en la niñez de estos individuos”, explicó la investigadora. En este sentido, “consideramos entonces que la salud de una sociedad puede ser juzgada por la salud de sus niños. Esto supone la identificación precoz de riesgos previsibles y la traducción inmediata de estos conocimientos en intervenciones eficaces con políticas de protección”.

Los alcances

  • 151 casos se analizaron en la investigación, en zonas rurales de Cinco Saltos y Allen. Neuquén fue el grupo control.

En California está comprobado

  • Una investigación en California determinó que la exposición ambiental en los niños tiene consecuencias neurológicas. El estudio duró 12 años en los que se documentó cómo la salud de niños se deteriora con la exposición diaria de los agroquímicos. El estudio fue desarrollado por el Centro para la Evaluación de la Salud de la Madre y el Niño de Salinas.
  • Las conclusiones de la doctora Brenda Eskenazi son que los niños expuestos a los agrotóxicos durante la infancia, incluso durante la gestación, tienen “efectos alarmantes” en la salud. A medida que crecen se acrecientan los problemas de aprendizaje y atención.

Fuente: Diario Río Negro