Un estudio que se publica en el último número de Atención Primaria, revista órgano de expresión de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), concluye que una mayor adherencia de los médicos de Familia a las guías clínicas y un impulso a la introducción de pruebas rápidas en la práctica clínica de centros de salud reducirían de forma considerable la prescripción innecesaria de antibióticos en la faringitis aguda y en infecciones del tracto respiratorio inferior (broncopulmonares).
Los 126 médicos de Familia que han participado en el grupo control examinaron 1.012 casos de faringitis y 1.928 infecciones respiratorias del tracto bajo. Se prescribieron antibióticos o se derivó al paciente al especialista en 497 casos de faringitis (49 por ciento del total) y en 963 casos de infecciones respiratorias (también 49 por ciento del total).
Los autores concluyen que, si los médicos de Familia hubieran tenido acceso a las pruebas rápidas de detección (detección rápida de antígenos -Strep A- y proteína C reactiva -PCR-) y a guías con las últimas recomendaciones, la prescripción de antibióticos habría descendido desde el citado 49 por ciento hasta el 7,6 por ciento en el caso de las faringitis y hasta el 15,1 por ciento en las infecciones respiratorias del tracto bajo. De esta forma, se habrían ahorrado 420 prescripciones de antibióticos en el caso de la faringitis, y 672 en las demás infecciones.
Carles Llor, médico de familia del centro de salud Vía Roma, en Barcelona, y primer firmante del estudio, explica que el objetivo principal del trabajo “está aún por publicar. Con un grupo de intervención de más de 200 médicos de primaria de ocho autonomías, buscamos saber si, después de seis años favoreciendo el uso de pruebas rápidas y de guías clínicas, los médicos reducen el uso de antobióticos en faringitis e infecciones respiratorias del tracto bajo”.
Antes, los investigadores han publicado “cómo es la realidad”, con un grupo control algo menor, de 126 médicos, que no tienen acceso a las pruebas rápidas y a las últimas recomendaciones y guías: “Los resultados son bastante extrapolables a la realidad”, señala Llor. Según explica, si se realizara de nuevo un estudio similar en otros grupos, “no se modificarían mucho los resultados. Normalmente, el médico se queda más tranquilo si prescribe”.
Josep María Cots, también autor del trabajo y coordinador del Grupo de Infecciosas de la Semfyc, ha confirmado que las conclusiones respaldan una tesis ya augurada: con guías y test de diagnóstico rápido se reduce la prescripción de antibióticos.
Ambos coinciden en señalar que, de las dos pruebas que cita su trabajo, el test Strep A (para faringitis) está bastante avanzado y su uso en centros de salud de la mayoría de autonomías es creciente. Por contra, la PCR (para bronquiolitis) tiene una implantación mucho menor.
Cots ha recordado la idoneidad del plan nacional sobre las resistencias antibióticas, “en el que estamos implicadas las sociedades científicas” y que tiene entre sus objetivos una moderación de la prescripción y el consumo. Además, ha citado los Programas de Optimización de uso de Antimicrobianos (PROA), implantados ya a lo largo de la UE y en cuya aparición están avanzando las autonomías: “Están más consolidados en hospital y arrancando este año en atención primaria. Casi todas serán en patología respiratoria, que es con diferencia la más común en los centros de salud”.
Según explica, los resultados publicados ahora en Atención Primaria confirman otros previos de carácter más regional: “Un primer resultado se dio con el estudio Pirasoa, en Andalucía, que concluyó que con auditoría y pruebas se reduce la prescripción”. Se basó en un programa específicamente dirigido a los médicos. Los PROA abren la mano y van dirigidos a médicos, farmacéuticos, pacientes…
A su juicio, “hay mucho margen de mejora en España”, uno de los países de la UE con un mayor consumo de antibióticos. Y añade: “En primaria, las infecciones que solemos ver son víricas, leves y autolimitadas: pocos antibióticos hacen falta”. Eso sí, matiza: “Cuando hacen falta, ni un antibiótico de menos”.
Cots lamenta que apenas haya estudios como el que acaba de publicar junto a Llor y otros colegas:”Creemos que, con test rápidos, la prescripción de antibióticos puede descender hasta la mitad”.
Llor augura resultados similares con el grupo intervención de más de 200 pacientes, cuyas conclusiones aún no se conocen: “Los médicos que llevan seis años trabajando con test de detección rápida y guías actualizadas prescriben muchos menos antibióticos”. Admite que, dada la realidad confirmada de la sobreprescripción en España, “los datos no son muy novedosos, pero es que es lo que hay”. Que una realidad esté asumida no quiere decir que no haya que cambiarla.
Fuente: Diario Médico