Según publica la revista Scientific Reports, el trabajo de los investigadores revela que la administración de estas tres cepas probióticas (denominadas Lactobacillus paracasei CNCM I-4034, Bifidobacterium breve CNCM I-4035 y Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036) contribuye a disminuir la inflamación intestinal, así como a inhibir y normalizar la expresión de tres genes implicados en la inflamación.
Para la realización del estudio, los científicos han empleado ratas Zucker de dos tipos: unas con mutación en el gen del receptor de la leptina, lo que significa que no sienten saciedad; y por otra parte, ratas sin mutación que desarrollan un peso normal. Dos grupos de animales que se dividieron durante 30 días para recibir un placebo o una de las cepas probióticas.
La investigación se llevó a cabo mediante la expresión de 27.000 genes intestinales mediante un chip de DNA, y los investigadores se centraron en tres genes involucrados en inflamación por haber sido su expresión modificada por las tres cepas. Por otro lado, los investigadores también encontraron otros efectos beneficiosos por parte de los probióticos, entre ellos un aumento del contenido de IgA secretora (anticuerpo más abundante en las secreciones de las mucosas; evita que patógenos como virus y bacterias penetren en la sangre).
Además, en trabajos recientes, llevados a cabo con ratas obesas Zucker, los científicos han demostrado que la administración de estos probióticos aparte de modificar la microbiota intestinal, también disminuye la esteatosis hepática y ejerce efectos anti-inflamatorios.
Fuente: ConSalud.es