Origen y expansión de la fasciolosis humana en la Latinoamérica

Un nuevo estudio determinó el origen y la expansión en Sudamérica de la fasciolosis, una enfermedad emergente que afecta a 17 millones de personas.

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El trabajo demuestra que el caracol de agua dulce que la transmite es diferente en los diversos países sudamericanos y revela, mediante estudios moleculares, que el origen de la afección está en Uruguay, como consecuencia de la introducción del parásito durante la colonización española.

Por medio de análisis moleculares se ha demostrado que los vectores de la fasciolosis –caracoles de agua dulce– son diferentes en las zonas andinas que en las zonas bajas. La investigación es parte de la iniciativa mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la fasciolosis humana.

La fasciolosis es una enfermedad emergente, que puede provocar la muerte en humanos y causa enormes pérdidas en ganado. Se trata de una afección causante del subdesarrollo de las comunidades afectadas y muy relacionada con el cambio climático, que actualmente se está expandiendo geográficamente y cuyo reservorio son especies de ganado.

La principal aportación de la investigación es que la especie vector, en este caso el caracol que transmite la enfermedad en Sudamérica, es diferente en las zonas altas andinas (Galba truncatula), como Bolivia y Perú, de las zonas bajas (Lymnaea neotropica), como Uruguay, donde esta enfermedad tiene una escasa afección en humanos.

Además, se ha detectado el origen de la enfermedad en Uruguay. Es consecuencia de la introducción del parásito y del vector mediante el manejo de ganado por los españoles en los primeros años de la colonización, cuando se transportaba la plata desde las minas de Potosí en Bolivia.

En busca de los orígenes

Hace años, los investigadores habían desarrollado marcadores de ADN, que ahora les permitieron analizar la trazabilidad de la enfermedad en el pasado y su correlación con los inicios de la colonización española en la época del Virreinato de Río de la Plata, que se extendía desde Buenos Aires hasta el Alto Perú. Los datos moleculares fueron progresivamente dibujando una dispersión de la enfermedad que se ajustaba a la historia de la colonización.

En Uruguay la información disponible sobre el ganado y su historia es muy superior a otros países de América. Esta base de conocimiento ha sido crucial para un estudio cuyos resultados demuestran que no hay un riesgo serio de infección humana y que el principal vector en el país es diferente del que siempre se había pensado.1

  1. Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC