El tejido sanguíneo está compuesto en un 45% aproximadamente por células y derivados de éstas, con una vida media que oscila entre 120 días para los eritrocitos y alrededor de 3
años para ciertos tipos de linfocitos.
Esta pérdida es compensada gracias a la actividad del sistema hematopoyético y a la presencia de una población de células primitivas inmaduras conocidas como Células Madre Hematopoyéticas (CMHs) encargadas del proceso de hematopoyesis, activo desde el inicio de la vida fetal y que genera cerca de 2 x 1011 eritrocitos y 1010 células blancas por día (1). Las CMHs poseen la capacidad de auto-renovarse y diferenciarse a múltiples linajes, se ubican en un nicho particular y tienen marcadores de superficie que las identifican, como por ejemplo el antígeno CD34. Recientemente se ha podido avanzar en elentendimiento de la biología básica de los procesos celulares que rigen los mecanismos de auto-renovación, diferenciación y proliferación de las CMHs, y de la participación de diferentes vías de señalización (Hedgehog, Notch y Wnt) en estos procesos, los cuales controlan el comportamiento in vivo e in vitro de las CMHs.
Todo esto es de vital importancia para la implementación y generación de alternativas terapéuticas con CMHs, para diversas enfermedades entre ellas las hematológicas, como por ejemplo las leucemias.
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Autores: Claudia Mera Reina1, Angélica Roa Lara2 y Sandra Ramírez Clavijo3
- MD, MSc Investigadora, Laboratorio de Biología Celular y Molecular, Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Medicina, Universidad del Rosario.
- BSc, MSc (Asp), Estudiante de Maestría Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina-Facultad de Ingeniería Mecánica Universidad del Rosario-Universidad
de Los Andes. - MSc, PhD Directora Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Medicina, Universidad del Rosario.