“Los biomarcadores deberían estar presentes en los servicios de emergencias médicas”, dice el Dr. Cursak

Los biomarcadores cardíacos brindan información necesaria para que el médico pueda tratar al paciente en forma eficaz y precoz.

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La disnea (dificultad para respirar) es uno de los principales motivos de consultas en las salas de guardia y puede responder a diferentes causas, como una insuficiencia cardíaca, una infección respiratoria, una embolia pulmonar aguda o un ataque de pánico, entre otras causas.

Por ello, llegar a un diagnóstico correcto y tomar la decisión de cuál es el tratamiento más adecuado demanda una serie prudencial de estudios: examen físico, radiografías y análisis de sangre. Sin embargo, la utilización de biomarcadores cardíacos puede allanar el proceso gracias a su demostrada eficacia para apoyar el diagnóstico de insuficiencia cardíaca aguda.

Para Guillermo Cursack, cardiólogo en el Sanatorio Esperanza, de Santa Fe, los biomarcadores cardíacos “son una herramienta que deberían estar presente en la mayoría de los servicios de emergencias médicas, ya que funciona como un GPS para los médicos, dando una buena orientación de hacia dónde debemos dirigir nuestro tratamiento”.

“Los biomarcadores cardíacos son sustancias (por ejemplo, proteínas) liberadas hacia la sangre cuando se produce un daño o una sobrecarga de las células del corazón. Entre ellos se encuentran los llamados péptidos natriuréticos. Los péptidos natriuréticos son reguladores naturales del sistema circulatorio y ayudan a mantener la presión sanguínea y la cantidad de líquido del organismo. La medición del nivel de péptidos natriuréticos es un método sensible y específico para diagnosticar insuficiencia cardíaca aguda. Si bien dichos marcadores se analizan desde hace mucho tiempo en los mejores centros médicos del mundo, en los últimos años se amplió su uso más allá de pacientes de alta complejidad o de participantes en estudios clínicos en humanos, estando actualmente disponibles en muchas de las salas de guardia de la Argentina”, explicó el especialista.

“El procedimiento para medir los marcadores cardíacos consiste en la extracción de una muestra de sangre, mientras el paciente está recibiendo las medidas iniciales. Luego las muestras son analizadas en un instrumento específico y los resultados se obtienen entre los 15 y los 45 minutos.

En general, los biomarcadores no son específicos para un sólo tipo de enfermedad, sino que se presentan aumentados en un grupo de patologías. Por ejemplo, los péptidos natriuréticos aumentan ante casos de insuficiencia cardíaca, hipertensión pulmonar y tromboembolismo de pulmón. Por lo tanto, al sumar el análisis del cuadro clínico del paciente con los resultados de los biomarcadores, podremos llegar a un diagnóstico certero”.

“La insuficiencia cardíaca es la primera causa de hospitalización y la tercera de muerte en el mundo, si bien en nuestro país no existen cifras oficiales, se sospecha que no distan de lo que ocurre a nivel global”, destacó Cursack.

Se estima que 1.200.000 personas padecen insuficiencia cardíaca en la Argentina. Por año se diagnostican 120 mil nuevos casos, con 40 mil muertes y 70 mil nuevas hospitalizaciones por año.

Otros biomarcadores cardíacos, como las troponinas, han probado ser fundamentales para el diagnóstico precoz y la evaluación del riesgo en pacientes con angina de pecho o infarto agudo de miocardio. En todos los casos, la información precisa y precoz permite mejores diagnósticos para indicar cuanto antes la internación y/o el tratamiento específico de nuestros pacientes, sobre todo en estas enfermedades donde el tiempo es vida”, concluyó el Dr. Cursack.

Fuente: Diagnostics News