La posibilidad de tener un medicamento económico, eficaz y con pocos efectos secundarios es siempre el objetivo del desarrollo de estrategias terapéuticas, aunque muchas veces llegar a la conclusión sobre una molécula y su relación con la cura de alguna patología implica diferentes pasos.
El grupo de Claudio Pereira, investigador principal del CONICET en el Instituto de Investigaciones Médicas ‘Alfredo Lanari’ (IDIM, CONICET-UBA) postuló como posible droga anti-chagásica al resveratrol, un polifenol que se encuentra, entre otros, en arándanos, la uva negra y por consiguiente en el vino tinto. Los resultados de su investigación fueron, publicados en la revista International Journal of Biological Macromolecules e indican que esta molécula ataca a la arginina quinasa, una enzima que está presente en el parásito Trypanosoma cruzi – agente causal de la enfermedad de Chagas – pero no en los mamíferos.
“En condiciones de estrés esta enzima es vital para el parásito y hay antecedentes a nuestro trabajo que indican que los polifenoles -compuestos naturales- la inhiben en otros organismos. Entonces, lo que hicimos es tomar este grupo de moléculas y por simulación computacional ver qué se unía mejor a su sitio activo”, cuenta Pereira.
Luego siguieron los resultados in vitro – es decir, en cultivos celulares – donde determinaron que el resveratrol, que también es antioxidante y cardioprotector, podría tener efecto clínico contra la enfermedad de Chagas.
El próximo paso, explica Edward Valera Vera, becario doctoral del CONICET, es replicar en ratones las experiencias que realizaron in vitro para ver si se mantienen los efectos y si, efectivamente, el resveratrol resulta efectivo contra el Trypanosoma cruzi.
“El reposicionamiento es una vía rápida y efectiva para enfermedades desatendidas como ésta, en las que sacar un nuevo remedio muy caro perdería el sentido. En cambio una droga que ya se usa para otra cosa y que, por lo tanto, ya está aprobada no necesita pasar por todos los pruebas que cuestan muchos millones de dólares”, explica Pereira.
La enzima arginina quinasa es una mediadora de energía en parásitos e invertebrados. Interviene en el paso metabólico donde se libera energía para reacciones químicas del parásito y, al inhibirla, el parásito muere por no poder sustentar energéticamente sus mecanismos vitales.
“Es posible aplicar el resveratrol junto con los medicamentos que actualmente se utilizan para disminuir las dosis administradas y también reducir los efectos secundarios de, por ejemplo, el benznidazol”, una de las drogas que actualmente se usa para tratar la enfermedad, concluye Pereira.
Fuente: CONICET