Investigadores del Imperial College de Londres crearon un modelo matemático para poder predecir la duración de la epidemia de fiebre zika usando datos disponibles del actual brote en América Latina y estudiando el comportamiento de otras epidemias causadas por virus similares en la región, como el dengue.
Y llegaron a la conclusión de que las medidas actuales de control no lograrán contener la epidemia que empezó en Brasil en 2015 y que fue declarada una emergencia global pública por la Organización Mundial de la Salud a principios de este año.
Los científicos, sin embargo, calculan que la epidemia de fiebre zika se autoextinguirá en unos dos o tres años, cuando el número de personas que quedan por ser infectadas sean tan bajo que pueda activarse un mecanismo conocido en epidemiología como ‘inmunidad de grupo’. Aunque los investigadores también dijeron que una nueva epidemia podría producirse 10 años más tarde.
Y un experto en el virus Zika advirtió que hacer predicciones con un alto grado de confiabilidad es virtualmente imposible.
Inmunidad de grupo
La llamada ‘inmunidad de grupo’ se produce porque el virus no puede infectar dos veces a una misma persona, puesto que el sistema inmunológico genera anticuerpos para matarlo.
Y eso significa que cuando quedan pocas personas que puedan resultar infectadas, la transmisión del virus ya no es sostenible, pues este queda aislado.
Una nueva epidemia a gran escala, sin embargo, podría producirse en aproximadamente una década, cuando ya exista una nueva generación que no haya estado expuesta al virus Zika, estiman los expertos de Imperial College.
El virus Zika afecta ya a 41 países y territorios de América Latina y El Caribe, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Pocos son los países, como Chile y Uruguay, no afectados.
Un brote incontenible
Neil Ferguson, el principal autor de la investigación, dijo que el actual brote es “incontenible” y dijo que cualquier intento por luchar contra el mosquito Aedes aegypti tendrá un impacto limitado.
Apuntó, incluso, que cualquier esfuerzo para tratar de detener la trasmisión del virus podría, por el contrario, ser contraproducente.
“Tratar de frenar la infección entre las personas significaría que se tardaría más para alcanzar el nivel de inmunidad de grupo necesario para frenar la trasmisión. También puede hacer que el tiempo entre una epidemia y la siguiente se acorte”, dijo.
Los científicos dijeron que la evolución de la epidemia de fiebre zika es similar a la de otras epidemias que ha sufrido la región, como las del dengue y la fiebre chikungunya. El virus que causa la enfermedad es transmitido en los tres casos por el mosquito Aedes aegypti, y sus síntomas son similares.
En el caso de la fiebre chikungunya, “hemos visto epidemias explosivas seguidas por largos períodos con pocos casos nuevos”, indicó Fergurson.
Virus endémico
Fergurson, sin embargo, reconoció que aún quedan muchos interrogantes por responder sobre el virus Zika, que podrían afectar las predicciones de su modelo.
Una no menor es por qué América Latina resultó especialmente afectada por la epidemia, algo que aún no han logrado responder los expertos. “Una posibilidad es que el clima haya de alguna forma ayudado a la propagación del virus, especialmente al coincidir con el fenómeno de El Niño. La mutación genética del virus puede también haber sido un factor, aunque los datos preliminares avalan sólo ligeramente esta hipótesis”, dijo.
Asimismo, explicó que el virus podría convertirse en endémico en América Latina, lo que podría resultar en brotes frecuentes más pequeños.
Y expertos como Jonathan Ball, profesor de biología molecular de la Universidad de Nottingham, recomendaron tomar las predicciones del estudio de Imperial College con cautela.
“Preguntas clave que quedan por contestar incluyen cuánta gente ha sido infectada, cuánto tiempo una persona permanece inmune una vez ha sido infectada, si la infección a virus similares como el que causa el dengue te hace más susceptible a ser infectado por el virus Zika y si aún quedan reservas del virus en estado salvaje. Se necesita hacer más investigación en el laboratorio y sobre el terreno”, acotó el experto.
Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.
Fuente: REC