El olor de los pollos… ¿nueva arma contra la malaria?

Se ha comprobado que los mosquitos transmisores de la malaria evitan activamente alimentarse de algunas especies animales, como los pollos, usando su sentido del olfato.

0
1468

Los olores emitidos por estas especies podrían proporcionar protección a los seres humanos en situación de riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos.

Investigadores de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas y la Universidad de Addis Abeba, Etiopía, encontraron que Anopheles arabiensis, una de las especies vectores de la malaria predominantes en África Subsahariana, evita los pollos en la búsqueda de anfitriones de los que alimentarse. Esto indica que, a diferencia de los seres humanos, vacas, cabras y ovejas, los pollos son una especie no huésped para Anopheles arabiensis y que los mosquitos han desarrollado formas de distinguirlas de las especies huésped.

El Dr. Rickard Ignell, de la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia, explicó: “Nos sorprendimos al encontrar que los mosquitos de la malaria son repelidos por los olores emitidos por los pollos. Este estudio demuestra por primera vez que los mosquitos de la malaria evitan activamente alimentarse de algunas especies animales y que este comportamiento es regulado a través de señales del olor”.

Para averiguar qué especies prefieren los mosquitos, el equipo de investigación recabó datos sobre seres humanos y animales domésticos en tres aldeas de Etiopía. También recogieron mosquitos que se alimentan de sangre para determinar el origen de la sangre de la que se habían alimentado.

Los mosquitos evitan los pollos en cualquier ambiente

Las personas que viven en las zonas en las que se realizó la investigación comparten sus viviendas con su ganado. Los investigadores encontraron que mientras que An. arabiensis prefiere fuertemente la sangre humana sobre la sangre de los animales en la búsqueda de anfitriones en el interior, se alimenta al azar del ganado ovino y caprino cuando salen, pero evita los pollos en los dos ámbitos, a pesar de su abundancia relativamente alta.

Puesto que los mosquitos seleccionan y discriminan entre sus anfitriones basándose principalmente en su sentido del olfato, los investigadores recolectaron pelo, lana y plumas de las posibles especies de huéspedes y no huéspedes para analizar los compuestos de olor presentes en ellos. Al identificar ciertos compuestos que sólo estaban presentes en las plumas de pollo, los autores utilizaron estos y otros compuestos obtenidos de todas las especies para poner a prueba su capacidad a la hora de repeler a los mosquitos.

Se dispusieron trampas de mosquitos en 11 casas de paja en una de las aldeas durante un total de 11 días. En cada una de las casas, un solo voluntario con edades comprendidas entre 27 y 36 años dormía bajo un mosquitero sin tratar. Los científicos detectaron que un número significativamente menor de mosquitos fueron capturados en trampas tratadas con compuestos de pollo que en las trampas de control, además de que tener un pollo viviendo una jaula al lado de una trampa tiene un efecto similar a un repelente.

Como se alimenta en el interior y al aire libre en diferentes especies huésped, An. arabiensis es difícil de controlar con los métodos existentes, según investigaciones anteriores. Los resultados de este trabajo sugieren que, en combinación con métodos de control establecidos, los olores emitidos por los pollos y otras especies no huésped podrían resultar útiles en el control de An. arabiensis y, por tanto, de la malaria.

Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC