Este hallazgo confirma a la especie como un vector potencial del virus, una situación que, de acuerdo con la literatura científica, no se había demostrado hasta la fecha.
La investigación fue realizada por la FIOCRUZ Pernambuco, en la Región Metropolitana de Recife, donde la población de C. quinquefasciatus es cerca de veinte veces mayor que la población de Aedes aegypti. Los resultados preliminares de la investigación de campo identificaron la presencia de C. quinquefasciatus infectados naturalmente por el virus Zika en tres de 80 grupos (pools) de mosquitos analizados hasta el momento. En dos de estas muestras los mosquitos no se habían alimentado, lo que indica que el virus estaba diseminado en el cuerpo del insecto y no se debía a una alimentación reciente de un portador infectado.
La técnica utilizada en el experimento fue de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real, basada en la detección del ARN del virus. El material de estos pools positivos se utilizó para aislar los linajes del virus circulantes en Recife, en cultivo celular, donde se observó el efecto citopático inducido en las células; es decir, se observó la destrucción o daño de las células Vero, lo que demuestra la presencia de actividad viral.
La recolección de mosquitos se realizó basándose en los domicilios de los casos reportados de fiebre zika en las ciudades de Recife y Arcoverde, obtenidos de la Secretaría de Salud del Estado de Pernambuco (SESPE). El número total de mosquitos examinados en el estudio fue de aproximadamente 500. El objetivo del proyecto es comparar el papel de algunas especies de mosquitos en Brasil de la transmisión de arbovirosis. Se dio prioridad al virus Zika debido a la epidemia de la enfermedad en Brasil y su relación con la microcefalia.
En la etapa de laboratorio, con el fin de investigar la competencia vectorial de las especies Culex quinquefasciatus y Aedes aegypti, los mosquitos fueron alimentados con una mezcla de sangre y virus, lo que permite el seguimiento de proceso de replicación del patógeno dentro del insecto. Fueron realizadas dos infecciones de mosquitos, cada infección con dos concentraciones diferentes de virus (104 y 106) del linaje ZIKV BRPE243/2015. “La menor simula las condiciones de viremia de un paciente real. A continuación, los mosquitos fueron recogidos en diferentes momentos: en el tiempo cero (apenas después de la infección), tres días, siete días, 11 y 15 días después de la infección por el virus”, dice Constanza Ayres, coordinadora del estudio.
También se mantuvo un grupo de control, con mosquitos alimentados con sangre sin el virus. Cada mosquito fue disecado para extraer el intestino y la glándula salival, que son tejidos que representan barreras para el desarrollo del virus. El procedimiento se lleva a cabo de manera que, si la especie no es un vector, en un momento dado el desarrollo del virus es bloqueado por el mosquito. Sin embargo, si se trata de un vector, se produce la replicación del virus, se disemina por el cuerpo del insecto y acaba infectando la glándula salival, a partir de la cual podrá se transmitido a otros huéspedes durante la alimentación con sangre, mediante la producción de saliva conteniendo el virus. Según Ayres, a partir del tercer día después de la alimentación artificial, ya fue posible detectar la presencia del virus en las glándulas salivales de las dos especies de mosquito investigadas. Después de siete días, se observó el pico de la infección en las glándulas salivales, lo que fue confirmado mediante microscopía electrónica.
Además de la detección del virus en estos tejidos (intestino y glándulas salivales), se investigaron muestras de saliva expelida por mosquitos infectados por PCR en tiempo real. La carga viral detectada en las dos especies estudiadas (Ae. aegypti y C. quinquefasciatus) fue similar.
A partir de los datos obtenidos serán necesarios estudios adicionales para evaluar el potencial de la participación de Culex en la propagación del virus Zika y su real papel en la epidemia. El presente estudio tiene gran relevancia, ya que las medidas de control de vectores son diferentes. Hasta que se tengan nuevas evidencias, la política de control de la epidemia de fiebre zika continuará con las mismas pautas, con su foco central en el control de Ae. aegypti.
Fuente: REC