Los tipos de mal funcionamiento de los vasos sanguíneos observados en los pacientes con diabetes hace que las células de la íntima-media se extiendan a la superficie, lo que permite que la PK las contacte directamente y este contacto cierra el circuito de una vía alterna de la inflamación crónica. Los científicos que estudian el sistema de calicreína-quinina sospechan que esta inflamación crónica es la responsable por el engrosamiento de los vasos sanguíneos, observado en la enfermedad diabética renal, la retinopatía y la aterosclerosis.
Científicos de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur (Charleston, Carolina del Sur, EUA) y sus colegas reclutaron a los participantes en el estudio de Epidemiología de la Diabetes Intervenciones y Complicaciones (EDIC), un estudio observacional multicéntrico longitudinal del desarrollo de complicaciones macrovasculares y la progresión posterior de las complicaciones microvasculares. El estudio fue realizado en un subconjunto de 636 individuos de la cohorte del Ensayo de Control y Complicaciones de la Diabetes DCCT/EDIC.
La PK en plasma se activó con ~0.4 nmol/L del fragmento de factor de Hageman (betaFXIIa), y la calicreína plasmática formada fue detectada por hidrólisis del sustrato cromogénico, H-D-Pro-Fen-Arg-paranitroanilida (Diapharma; Franklin, OH, EUA) de acuerdo con el procedimiento publicado, y fue expresada como unidades por mililitro (U/ml). También se determinaron los niveles de actividad del Factor XII: coagulante y quininógeno de alto peso molecular (HK): coagulante, las concentraciones en plasma de fibrinógeno y del inhibidor del activador de plasminógeno (PAI-1). El espesor de la carótida íntima-media fue medido mediante ecografía en modo B.
Los niveles circulantes de PK plasma fueron medidos en 636 individuos con diabetes de tipo 1 usando plasma recolectado en los años 1997-1999. Los niveles de PK estaban distribuidos simétricamente y variaron desde 0,2 hasta 3,0 U/ml, con un valor medio de 1,29 U/mL. Se encontró una asociación positiva y significativa, entre los niveles de PK y el índice de masa corporal (IMC), y con la HbA1c, un marcador del control metabólico. También encontraron que los pacientes con los niveles más altos de PK en la sangre tienen capas más gruesas de la íntima-media de sus arterias carótidas.
Ayad A. Jaffa, PhD, autor principal del estudio, dijo: “Estos estudios preclínicos no sólo nos darán ideas sobre la participación de la PK plasmática en la enfermedad vascular, sino que también contribuirán al desarrollo de nuevas estrategias de tratamiento para la enfermedad vascular diabética”. El estudio fue publicado antes de impresión el 24 de noviembre de 2015, en la revista Diabetes.
Fuente: LabMedica