La conclusión surge de un estudio que analizó 133 investigaciones publicadas entre 1942 y 2014, relativas a la prevalencia de esquistosomosis en nueve países y territorios de
la región.
“La esquistosomosis es una enfermedad vigente en Latinoamérica, que tiene numerosos focos endémicos y que afecta a niños en edad escolar. No obstante, no existe interés
de los Estados por conocer su estatus epidemiológico ya que no hay investigaciones recientes. Los trabajos publicados datan en algunas áreas de las décadas de 1970 y
1980 y no han sido actualizados”, dijo Verónica Flores, del Laboratorio de Parasitología de la Universidad Nacional del Comahue, en Argentina.
Considerada endémica entre poblaciones rurales de áreas tropicales sin disponibilidad de agua potable ni saneamiento adecuado y con escaso acceso a servicios de salud, la infección se produce cuando las personas tienen contacto con agua contaminada con parásitos del género Schistosoma. Los niños de entre 10 y 12 años son los más
vulnerables, pudiendo sufrir anemia, retraso en el crecimiento y en su desarrollo cognitivo.
La Organización Mundial de la Salud la considera una de las quince enfermedades tropicales desatendidas, también llamadas “enfermedades de la pobreza”. Conocer el estado epidemiológico actual de la esquistosomosis permitiría a los países de la región identificar qué estrategias son las más costoefectivas para su situación actual; por ejemplo, si es más eficiente tratar a toda la comunidad, o sólo casos individuales”, señaló Laura Catalá Pascual, especialista en enfermedades infecciosas desatendidas de la Organización Panamericana de la Salud.
Se calcula que 1,6 millones de personas requieren tratamiento en las Américas, pero solo lo recibe 1,8%, básicamente en Brasil y Venezuela. Los países históricamente endémicos son Suriname, Saint Lucia, República Dominicana, Antigua y Barbuda, Montserrat, Puerto Rico, Martinique, y Guadeloupe.
Cuando la transmisión es alta se utiliza la droga praziquantel, tanto para prevenir como para tratar la enfermedad. Se administra una dosis (40 mg/kg) cuyo costo por tableta de 600 mg es aproximadamente 0,12 dólares, según International Drug Price Indicator Guide (2014).
“Es imprescindible que gobiernos y ciudadanos tomen conciencia de la importancia de prevenir, tratar, controlar y eliminar enfermedades desatendidas que tienen un alto impacto social y económico y que perpetúan el ciclo de pobreza y las desigualdades sociales”, afirmó Laura Catalá.
“La medicación puede impedir el desarrollo del ciclo de vida del parásito, pero es necesario mejorar el acceso al agua potable y el saneamiento”, apuntó Flores.
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Fuente: REC