La tecnología se aplica para diagnosticar otras enfermedades –como ciertos tipos de malaria, toxoplasmosis, neumonía y tuberculosis–, pues permite detectar proteínas de microorganismos patógenos que no son fácilmente identificables con otras pruebas.
Si bien la incidencia VIH/Chagas no es muy frecuente, si no se detecta y trata a tiempo es mortal. En cuanto a la enfermedad de Chagas congénita, 5% de mujeres infectadas en edad reproductiva puede transmitir la enfermedad a sus bebés.
Según Yagahira Castro-Sesquén, microbióloga clínica que adaptó la prueba para la enfermedad de Chagas, su bajo costo (dos dólares), la facilidad para producir las nanopartículas que se requieren y su alta efectividad en pruebas de laboratorio la hace adecuada para entornos de bajos recursos, donde generalmente se presenta la enfermedad.
El equipo de investigación de la Universidad John Hopkins y del Grupo de Trabajo Chagas/VIH de Bolivia y Perú al que pertenece Castro-Sesquén, describe que los niveles de parasitemia hallados en las concentraciones de orina de los pacientes sometidos a la prueba, denominada Chunap, permitió diagnosticar claramente la reactivación de la enfermedad.
“Muchos contraen la enfermedad de Chagas muy jóvenes en zonas donde es endémico, luego de adultos viajan a zonas urbanas y allí adquieren el VIH, su sistema inmunológico se autosuprime y hace que la enfermedad de Chagas se reactive”, explicó CastroSesquén, y recordó que en adultos, la enfermedad de Chagas crónica generalmente es asintomática.
Roberto Salvatella Agrelo, asesor regional en enfermedad de Chagas de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) señaló que este avance “inicia una línea de potencial desarrollo tecnológico, que puede concluir en metodología diagnóstica útil para coinfecciones con VIH, enfermedad de Chagas congénita y otras situaciones de importancia clínica”.
Aclaró que aún hace falta “desarrollo y transferencia de conocimientos” para determinar si es una técnica utilizable en campo. “Indudablemente es un camino prometedor e interesante”, subrayó.
Alberto Mendoza, infectólogo e investigador de la Clínica Peruano-Japonesa, dice que es una herramienta potencialmente valiosa pero aún muy compleja por la alta tecnología que usa, requiere personal calificado, instalaciones, equipos y reactivos adecuados. “Este primer ensayo ha evaluado un número limitado de pacientes con VIH (55); se requiere reproducir y hacer más simple los procesos para escalar a su implementación. No quiero ser pesimista, pero muchos ensayos no han logrado este escalamiento o demanda mucho tiempo”, concluyó.
Los investigadores esperan producir las nanopartículas en un laboratorio central y luego armar kits de diagnóstico rápido que se puedan transportar fácilmente. Castro-Sesquén afirma que la Universidad Peruana Cayetano Heredia ha mostrado interés en su producción.
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Fuente: REC