TREM2 es un receptor inmune innato que es expresado selectivamente por la microglia en el cerebro. Es una proteína de tipo 1 con un ectodominio que se escinde proteolíticamente y es liberada en el espacio extracelular como una variante soluble (sTREM2), la cual se puede medir en el líquido cefalorraquídeo (LCR).
Los investigadores de la Universidad Ludwig-Maximilians (Múnich, Alemania) examinaron si los niveles de sTREM2 en el LCR cambiaban durante la evolución clínica de la EA y en los individuos cognitivamente normales en los que se sospechaba una patología diferente de la EA (SNAP). En el transcurso del estudio, analizaron muestras de LCR de más de 400 pacientes con EA que presentaban defectos cognitivos de diversa gravedad, y los compararon con los controles emparejados por edad.
Los resultados revelaron que los niveles de sTREM2 en el LCR eran mayores en el deterioro cognitivo leve debido a la EA que en todos los demás grupos con EA y en los controles. Los individuos SNAP también tenían un aumento significativo de sTREM2 en el LCR, en comparación con los controles. Los niveles de sTREM2 en el LCR, también aumentaron con la edad.
Los niveles elevados de sTREM2 en el LCR, se asociaron con cantidades mayores de tau total en el LCR y de fosfo-tau181P, que son marcadores de la degeneración neuronal y de la patología tau. A nivel de la forma en que esta situación se producía, los investigadores encontraron que la función de pérdida de TREM2 afectaba la actividad fagocítica de las células microgliales y reducía la depuración del péptido beta-amiloide (A-beta), lo que sugiere que TREM2 puede jugar un papel importante en el desarrollo de la patología de la EA y la neurodegeneración durante el curso de la enfermedad.
“Nuestros hallazgos indican que TREM2 juega un papel importante en la progresión de la enfermedad de Alzheimer, y tal vez incluso en otras formas de demencia. Parece ser parte de un mecanismo de defensa que involucra células fagocíticas que eliminan las células nerviosas dañadas y los depósitos de proteínas tóxicas, tales como los compuestos por péptidos beta-amiloide”, dijo el autor principal, el Dr. Christian Haass, profesor de bioquímica metabólica en la Universidad Ludwig-Maximilians. “Esto se correlaciona con el nivel de actividad de las células microgliales, que disminuye a medida que avanza la enfermedad. Esto, a su vez, presumiblemente, significa que se puede eliminar menos de beta-amiloide y de restos celulares. Por lo tanto, creemos que este biomarcador nos proporciona una forma para evaluar la capacidad de las células inmunes innatas en el cerebro para degradar y eliminar el material tóxico”.
El estudio fue publicado en la edición digital de 3 de marzo de 2016, de la revista EMBO Molecular Medicine.
Fuente: LabMedica