El mal de uso de antibióticos causa la aparición de bacterias resistentes, por lo que enfermedades infecciosas podrían quedar sin tratamiento efectivo.
El tema preocupa a nivel mundial: en 2013, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos pusieron de relieve la necesidad de mejorar el uso de antibióticos a nivel continental y sobre todo en ese país a nivel interno. La idea fue adoptada como una política de Estado por el presidente norteamericano Barack Hussein Obama II. También el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) abordó el problema e impulsó que todos los países de la Unión Europea cuenten con políticas para utilizar correctamente los antimicrobianos.
“Se estima que más de 25.000 muertes anuales en la Unión Europea son debidas a bacterias multirresistentes”, afirmó Gustavo Martínez, médico infectólogo a cargo de la división Prevención, Vigilancia y Control de infecciones asociadas al cuidado de la salud (IACS) del Ministerio de Salud de Córdoba y del Comité de Prevención, Vigilancia y Control de IACS del Hospital ‘Dr. Guillermo Golesbery Rawson’.
Martínez contó que desde la Dirección de Seguridad del Paciente del Ministerio de Salud, entre cuyas áreas está el módulo de Política de Uso Racional de Antimicrobianos, se trabaja en forma junto con la Sociedad de Infectología de Córdoba y el Círculo Médico de Córdoba en el tema de la resistencia a los antibióticos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que por la resistencia a los antibióticos las personas con infecciones pueden no ser tratadas con eficacia, que estén más tiempo enfermas y con mayor riesgo de morir; que las epidemias se prolonguen y que otros individuos corran riesgo de infección.
Una estadística alarmante que analizó la OMS en asamblea en 2013 es que hasta 60% de las personas con infecciones respiratorias altas de origen viral reciben antibióticos innecesariamente.
Martínez insistió en las malas prácticas que contribuyen al desarrollo de bacterias resistentes, y entre ellas no está sólo la automedicación y prescripción errónea en personas, sino también la sobreutilización en medicina veterinaria y fitosanitarios o plaguicidas.
La necesidad de instrumentar políticas de control de administración de antibióticos implica también que los médicos de todas las especialidades que los prescriben (desde pediatras hasta neurocirujanos, pasando por traumatólogos y gastroenterólogos) estén actualizados en las novedades existentes en el campo de la infectología.
El uso ideal de un medicamento, de acuerdo con la OMS, incluye “el medicamento correcto, administrado por la mejor vía, en la cantidad apropiada, a intervalos óptimos, durante el periodo adecuado y tras un diagnóstico preciso”.
La resistencia a los antibióticos no es un fenómeno nuevo, pero en la última década se ha incrementado, al tiempo que se ha frenado el ritmo de aparición de sustitutos o nueva generación de medicamentos que combatan las bacterias resistentes.
Semana mundial de concienciación
La semana próxima fue declarada por la Organización Mundial de la Salud como la primera de sensibilización sobre el mal uso de los antibióticos.
El objetivo de la campaña es fomentar el conocimiento y comprensión de la población sobre la resistencia mundial a los antibióticos, así como el aliento a las mejores prácticas “entre el público en general, los profesionales de la salud y las instancias normativas para evitar que la resistencia a los antibióticos siga manifestándose y propagándose”.
Esta acción ya fue prevista en la Asamblea Mundial de la Salud que se realizó en mayo, oportunidad en la que se refrendó un plan de acción mundial para afrontar el creciente problema de la resistencia a los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos.
Según Martínez, no en todos los países ni en todas las jurisdicciones se adoptan medidas y se diseñan programas para promover el uso racional de estos fármacos.
Recomendaciones
- Los antibióticos sólo deben tomarse cuando los recete un profesional de la salud debidamente autorizado.
- Jamás deben compartirse.
- El tratamiento recetado debe completarse íntegramente y no se deben guardar para el futuro los antibióticos que sobren.
- La influenza no se trata con antibióticos.
Como ejemplo del efecto del mal uso de estos medicamentos, la OMS destacó que en 2013 hubo en el mundo 480.000 casos de tuberculosis multirresistente, una variante que se ha detectado en 100 países y que requiere de tratamientos más largos y menos eficaces que los de la tuberculosis no resistente.
Fuente: REC