Herpes vinculado con peligrosa enfermedad de vasos sanguíneos en adultos mayores

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Una investigación reciente vincula al virus responsable de la varicela y el herpes con una afección de los vasos sanguíneos de la que padecen las personas mayores, y que a veces puede resultar letal.

El estudio no prueba que el virus varicela zóster provoque la afección, conocida como arteritis de células gigantes. Pero el Dr. Don Gilden, autor del estudio y profesor de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Aurora, señaló que los hallazgos sugieren que el tratamiento estándar con esteroides, que reduce la inflamación, no es suficiente por sí mismo.

“Se debe tratar al virus y a la inflamación que provoca. Esto es totalmente nuevo. Significa que los pacientes de la afección deben tomar antivirales para combatir al virus de la varicela”, planteó.

“Cada año hay unos 30 casos de arteritis de células gigantes cada 100.000 personas”, dijo Gilden, lo que equivale a unos 300 casos en una ciudad de un millón de habitantes.

“Para los 80 años de edad, la afección aparece en una de cada 2.000 personas”, apuntó el Dr. Mark Moster, profesor de neurología y oftalmología del Hospital del Ojo Wills y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Thomas Jefferson, en Philadelphia.

Por lo general afecta a personas mayores de 60 años y provoca vasos sanguíneos inflamados en el cuero cabelludo, el cuello y los brazos que pueden conducir a dolores de cabeza repentinos, dolores musculares, síntomas visuales y dolor al masticar, según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de Estados Unidos. En los casos más graves, la afección puede conducir a la ceguera, el accidente cerebrovascular (ACV) e incluso la muerte.

“Buscamos vínculos entre la afección y el virus de la varicela y el herpes debido a la forma inusual en que se replica en las arterias”, explicó Gilden. El virus de la varicela permanece en el cuerpo después de que alguien contrae la enfermedad, y puede reaparecer más tarde en la vida como un doloroso sarpullido en la piel conocido como herpes.
Los investigadores examinaron biopsias de las arterias de 95 personas fallecidas.

Encontraron señales del virus de la varicela en 74% (61 de 82) de las personas que también habían sufrido de arteritis de células gigantes, pero el virus estaba presente en apenas 8% (1 de 13) de las personas sin la afección.

Gilden dijo que los pacientes de arteritis de células gigantes deben tomar antivirales además de esteroides. Anotó que los antivirales son seguros en general, pero cuestan unos 150 dólares a la semana.

Pero Moster advirtió que los investigadores aún deben estudiar el uso de los antivirales en esos pacientes. “Los investigadores también podrían ver si los tratamientos antivirales permitirán a los pacientes evitar el uso a largo plazo de esteroides”, comentó.

La vacuna contra la varicela busca evitar que el virus infecte al cuerpo, y se recomienda ampliamente. Las personas sin el virus en su sistema no contraen herpes. Pero los investigadores no saben si el uso exitoso de la vacuna eliminará el riesgo de arteritis de células gigantes, porque el virus de la varicela podría ser solo una de varias causas posibles de la afección.

Muchas personas mayores sufrieron de varicela en la niñez, y podrían ser susceptibles tanto al herpes como a la arteritis de células gigantes. ¿Y qué pasa con los que nunca la tuvieron pero que tampoco se han vacunado? Gilden dijo que hay pruebas que pueden mostrar si las personas no vacunadas se han expuesto al virus, lo que significa que no tendrían que vacunarse.

Existe una vacuna contra el herpes, y las autoridades sanitarias la recomiendan a las personas a partir de los 60 años. Gilden cree que las personas de 50 a 60 años deben vacunarse contra el herpes. Pero no está claro si la vacuna contra el herpes defenderá de la arteritis de células gigantes, admitió. Aun así, “no hace daño, pero puede ayudar”, dijo.

Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí (requiere suscripción).

Fuente: Reporte Epidemiológico de Córdoba